MULTITUDINARIA RESPUESTA POPULAR

Por Cristina, por la democracia

En la última edición de Nuestra Palabra del 24 de agosto sostuvimos que el eje principal de la acción política en la Argentina pasaba por la defensa de Cristina frente a la embestida judicial que pretende proscribirla y encarcelarla. El magnicidio fallido contra CFK constituye un quiebre respecto a todo lo analizado hasta acá. No tiene sentido aventurar en detalle qué hubiese pasado si esa bala salía: sin dudas años o décadas dolorosas y traumáticas para el pueblo y la nación. Basta con ver un poco la historia, en particular de nuestro continente. El efecto de lo acontecido el pasado 1 de septiembre asemeja a un intento de golpe de Estado, a una búsqueda de ruptura institucional para restaurar (a sangre y fuego) la política de saqueo, hambre y represión con origen en la última dictadura cívico-militar. Néstor, Cristina y los 12 años que no le perdonan al kirchnerismo fueron los únicos que (en cuatro décadas) lograron romper con la hegemonía neoliberal en nuestro país, en un frente común con América Latina. Esa experiencia sigue latente en las masas, por eso quisieron matar a la compañera.

En diferentes oportunidades sostuvimos que el imperialismo apela a todas las formas de lucha. Entre ellas el magnicidio. Durante los últimos 15 años buscaron por todos los medios derrotar y exterminar al kirchnerismo: movimiento histórico donde confluye el peronismo como identidad mayoritaria, pero también comunistas, radicales, socialistas, etc. Luego de la ofensiva persecutoria de las últimas semanas (la señal de largada fueron las palabras del embajador norteamericano en la conferencia de la Amcham) miles y miles de personas en todo el país salieron a respaldar a quien constituye su única esperanza de cambios profundos en nuestra patria. La percepción es que la derecha había tocado una fibra muy sensible y no sabía cómo recular. El episodio del vallado y la represión en Recoleta desconcertó aún más a los factores de poder, con la mirada fija en 2023. Sobreviene entonces el intento de asesinato.

La respuesta del viernes 2 de septiembre fue multitudinaria, sólo comparable con las expresiones populares previas al 2015. Cientos de miles de personas, organizadas o sueltas, en circulación interminable. No sólo en la Ciudad de Buenos Aires sino también en plazas y calles de todo el país. Una demostración a los enemigos del pueblo de que sus acciones contra CFK no van a ser gratuitas.

Raudamente, los instigadores intelectuales de la acción criminal buscaron cubrir sus rastros. Comodoro Py facilitó, para empezar, el reseteo del teléfono del atacante. Ese elemento por sí solo permite inferir que no se trató de un loquito “suelto” sino de un loquito atado. Tampoco se trató de la “banda de los copitos de nieve” que planificó el “presunto ataque”, como se animan a afirmar. Los “discursos de odio”, las mentiras, los ataques se van a incrementar. La disputa del sentido común respecto a este hecho en particular va a ser cruenta, más aún que la que engendró las condiciones para llegar a una circunstancia de estas características. Van a buscar dar vuelta la página en cinco minutos: naturalizar, banalizar y finalmente diluir en la nada la trascendencia de un hecho que pudo haber partido en dos la historia de nuestro país.

Cristina está viva y con millones de argentinos y argentinas cuidando sus espaldas. Es la referente indiscutida del peronismo en todas sus variantes, aunque no sólo del peronismo. Se desprenden infinidad de tareas de los últimos acontecimientos, en primer término la vinculada a la preservación de su integridad física frente a un enemigo dispuesto a todo. En nuestro caso, los y las comunistas que somos parte de este proceso desde el 25 de mayo de 2003, el compromiso de salir a organizar a los miles y miles de compatriotas que por izquierda se identifican con el liderazgo histórico de CFK. La posibilidad de reconstruir un proyecto nacional, popular, democrático y antiimperialista en nuestro país requiere de dos elementos principales: Cristina y las más amplia organización popular.