A PROPÓSITO DEL DISCURSO DE CRISTINA

Unidos y organizados para el programa necesario

El 25 de mayo último, CFK adelantó esbozos de un posible programa de gobierno para el Frente de Todos en caso de ganar las elecciones. En una parte de su discurso dijo: “Que dejen de querer dirigir la política y clausurarnos la industrialización del país y convertirnos únicamente en proveedores de materia prima. Somos 46 millones. No alcanza únicamente con la materia prima, tenemos que agregar valor, incorporarle tecnología para que haya trabajo de calidad y buenos salarios que es lo que el país necesita”. Aquí se condensa buena parte de las dificultades a enfrentar para llevar tal programa a la práctica. Está claro que un inmediato incremento en los ingresos de los asalariados activos y pasivos es imprescindible, en un país donde se da de baja planes sociales de un monto ínfimo y subsidios a la energía que benefician a millones so pretexto de “controlar los gastos”, mientras al mismo tiempo se mantiene los sueldos y salarios muy lejos de las necesidades básicas, se condonan 140.000 millones de pesos a Edenor y Edesur y se les paga a solo 10 bancos el equivalente a 3.300 millones de dólares al mes en concepto de intereses por el dinero que tienen inmovilizado.

El plan de un gobierno que quiera resolver esta situación debe contemplar lo necesario para controlar a los “4 o 5 vivos” a los que se refirió CFK en su momento, que son más de 4 o 5, pero siguen siendo un puñadito: 8 exportadoras de granos, un manojo de empresas mineras que exportan a sus anchas sin dejar casi nada al país, 16 frigoríficos que acaparan el 80% de las exportaciones cárnicas, los monopolios de los insumos difundidos (aluminio, chapa, envases, etc.) y una veintena de empresas y cadenas de hipermercados que tienen el control de todos los consumos básicos de los laburantes y que vienen empujando sistemáticamente la inflación con el objetivo de corroer al gobierno actual y condicionar al próximo.

Podemos aumentar semanalmente el monto del Salario mínimo, vital y móvil (que dicho sea de paso, debería cubrir al menos la canasta básica: eso y no otra cosa significa “vital y móvil”…) y las jubilaciones, pero para que dé frutos es necesario tener bajo control a los formadores de precios, que ante cada aumento trasladan el valor de esas mejoras a lo que paga el consumidor.

Si algo quedó a la vista durante los gobiernos kirchneristas es que con apenas rascar la cáscara de los enormes excedentes que se apropian los “4 o 5 vivos”, se pudo producir un cambio enorme en las condiciones de vida y de trabajo de los argentinos. Y los “4 o 5 vivos” también ganaron plata a paladas, solo dejaron de ganar un poquito… pero no podían resignarse a no tener un gobierno al que pudieran digitar.

Porque el fondo del asunto no es económico, sino político: no les gusta que se sepa cuáles son sus costos y cuáles sus rentabilidades, no quieren resignar utilidades extraordinarias y mucho menos quieren un Estado que no esté a su disposición, grande o chico. Un Estado que se endeuda por 57.000 millones de dólares de un saque no es precisamente pequeño, pero es un Estado al servicio de las 100 empresas y personas físicas que fugaron en un rato nomás la mayor parte de ese préstamo.

Somos 46 millones de argentinos, pero hay un pequeñísimo porcentaje de insaciables que usufructúan lo que nuestra patria tiene para ofrecer.

El Estado necesario para lo que propone CFK en la cita de arriba solo puede sostenerse con “funcionarios que funcionen”, pero sobre todo facilitando e institucionalizando el respaldo del pueblo organizado, movilizado y protagonista, sintiéndose sujeto de los cambios en los hechos. Eso requiere salir, hablar, convencer, ganar el voto para el candidato del Frente de Todos y después permanecer movilizados para asegurar que se lleven las promesas a la práctica e impedir las maniobras de ese grupo ínfimo por su número pero insoslayable por su poder para desestabilizar a cualquier gobierno que no se subordine a sus intereses.