SERGUÉI KÍROV

Querido bolchevique

El 27 de marzo de 1886, hace 130 años, nacía el querido dirigente bolchevique Serguéi Kírov, cuyo nombre originario era Serguei Mironóvih Kóstrikov.

De oficio mecánico, en 1904, a sus dieciocho años, se incorporó al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), participó de la Revolución de 1905, adhirió a la corriente bolchevique liderada por Lenin y fue detenido en varias oportunidades, exiliándose en el Cáucaso, donde adopta el seudónimo de Kírov.

Allí trabaja como periodista y crítico literario en un diario liberal, alternando el trabajo formal con la propaganda y agitación revolucionaria clandestina.

Con el triunfo de la Revolución de Octubre, encabezó a los bolcheviques en la Guerra Civil (1918/1920), desde Astracán a Transcaucasia, siendo Secretario del Partido de Azerbayján entre 1921 y 1926, cuando asume la conducción del Partido en Leningrado, en reemplazo de Zinóviev.

En Transcaucasia se destaca por sus dotes de organizador y sus cualidades políticas para encarar los complejos conflictos de nacionalidades de la región (Georgia, Armenia y Azerbayján).

Desde Leningrado, alineado con Stalin, impulsó la Campaña de Colectivización del Agro y los dos primeros Planes Quinquenales de industrialización de la URSS.

Encaró personalmente la lucha contra Trotsky y Zinóviev, dando el debate en asambleas de fábricas, células y organizaciones locales partidarias. Su victoria política (especialmente en la asamblea obrera de la inmensa metalúrgica Putílov, en la que derrotó cara a cara a Zinóviev), le granjeó una enorme popularidad, así como el odio de los vencidos.

Pasó a integrar el Buró Político del Partido, hasta que fue baleado por la espalda por el zinovievista Leonid Nikoláev en el edificio del Sóviet de Leningrado (el antiguo Instituto Smolny, mítico cuartel general de Lenin en Octubre).

El 1º de diciembre de 1934, era asesinado. Su muerte causó gran indignación popular y conmoción política. Fue enterrado en la muralla del Kremlim.

Su nombre le sería puesto a ciudades, plazas, calles, estaciones ferroviarias, buques y fábricas, y el Gran Ballet de Leningrado llevó su nombre hasta la contrarrevolución de 1991.

Sin embargo, aun privatizada desde los 90, la antigua Fábrica Putílov de San Petersburgo, epicentro histórico de la Revolución, continúa llamándose Fábrica Kírov.

R.G.M.