NICARAGUA

Triunfazo de Daniel Ortega

El pasado domingo 6 se realizaron elecciones nacionales en Nicaragua, cuyo resultado fue nuevamente un rotundo triunfo del sandinismo y el pueblo nicaragüense.

El pueblo nicaraguense celebró en las calles la victoria del sandinismo.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) venció en los comicios presidenciales con un 72,5% de los votos, mientras que el candidato del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC) quedó segundo con un 15%. Estos también fueron los primeros comicios nacionales donde las listas de candidatos a legisladores debieron estar constituidas por hombres y mujeres en partes iguales.

Daniel Ortega fue electo por tercera vez consecutiva como presidente y de esta forma “el pueblo ratificó su voluntad por la paz”, afirmó, en el acto por el 40º Aniversario de la caída en combate del comandante Carlos Fonseca, fundador del FSLN. “La paz hoy más que nunca es fundamental para la existencia humana. En ustedes, compañeros, está la bandera de la paz. Allí están nuestras raíces, nuestra historia y nuestro compromiso, que hoy aquí ante Carlos, en su 40º aniversario, ratificamos una vez más. Estamos comprometidos con la paz que tanto le ha costado mantener a este pueblo”, dijo el Comandante Daniel ante la juventud presente en el acto.

La referencia de Ortega a la importancia de la paz, en el contexto nicaragüense, no es gratuita. El PLC, segunda coalición votada en el cierre electoral, presentó como candidato presidencial a Maximino Rodríguez, ex líder guerrillero de los contras -el grupo armado que la CIA financió masivamente contra la revolución sandinista en los ’80 y la principal coalición opositora, el Frente Amplio Democrático (FAD) no se presentó a elecciones, llamó a la “abstención activa” y luego desconoció abiertamente el resultado final de los comicios, intentando generar un clima de tensión que afortunadamente no prosperó. Todo esto reforzado por una campaña activa de los sectores más reaccionarios de los medios masivos y las familias patricias de Managua, para mancillar al FSLN, a Ortega y para acelerar un proceso destituyente en Nicaragua.

En las últimas semanas se habían hecho pública una serie de denuncias que exponían un plan de “golpe blando” contra el sandinismo, agitando sobre presuntos actos de corrupción en la construcción del Canal Transoceánico (una obra estratégica para el futuro de la región, que se está llevando a cabo con una inversión multimillonaria del gobierno de China) y reforzado con un proyecto de ley en el Congreso de los Estados Unidos -la llamada “Ley Nica”-, que insta a bloquear económicamente a Nicaragua por las denuncias fraguadas por la oposición contra el proceso electoral del 6 de noviembre.

El presente de Nicaragua ha dado un vuelco total en relación al pasado tormentoso. El país fue históricamente sometido a sangre y fuego, primero por la intervención militar directa del imperialismo yanqui en 1912 y luego por las dictaduras títeres de EE.UU. que encabezó la familia Somoza entre 1937 y 1979. Luego de la Revolución sandinista de 1979, el retroceso a manos de los contrarrevolucionarios financiados por la CIA y la vuelta de la derecha cipaya al poder en los ’90, el FSLN ganó las elecciones nacionales en el 2006 y encabezó el mayor crecimiento socioeconómico de la historia nicaragüense. Gracias a la inversión en salud, educación, infraestructura y la integración solidaria y estratégica con otras naciones hermanas en el ALBA, actualmente Nicaragua es el país con mayor crecimiento de Centroamérica, con un aumento promedio de casi el 9% del PBI nominal anual desde el 2006, año del retorno del FSLN al gobierno de Nicaragua. Este es el futuro otorgado por los valores que Sandino le legó a su patria y que hoy se refuerza con este rotundo triunfo socialista y popular.