EN DEFENSA DEL TRABAJO, LA INDUSTRIA NAVAL Y LA SOBERANÍA NACIONAL

Astilleros Río Santiago resiste

Por Rodolfo G. Módena

 El pasado martes 21 de agosto, al tiempo que se velaba a la querida Chicha Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Rectorado de la UNLP, más de 2000 trabajadores del Astillero Río Santiago se movilizaban desde Ensenada a La Plata en defensa de su fuente de trabajo, la industria naval y la soberanía nacional.

La multitudinaria y combativa columna obrera marchaba hacia la Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires para hacer oír sus legítimos reclamos. A su paso por el Rectorado de la UNLP, los trabajadores manifestaron su cálido saludo de despedida a la inclaudicable luchadora por los derechos humanos. Fue entonces que se desataría la brutal represión de las fuerzas policiales de la gobernadora María Eugenia Vidal, verdadera provocación que desnudó, una vez más, el verdadero rostro del neoliberal-fascismo en la Provincia de Buenos Aires.

El miércoles 22, la respuesta de repudio obrero y popular convocó a más de 25000 compañeros en marcha al centro de La Plata, la Plaza San Martín y la Casa de Gobierno de la Provincia.

La contundente movilización forzó la negociación con el gobierno que, ahora, tuvo que salir a negar los que en realidad son sus verdaderos planes de ajuste: reducción de personal, baja de salarios, desfinanciamiento, vaciamiento de la empresa, cierre y/o privatización.

El Astillero Río Santiago fue creado en 1953, durante la segunda presidencia de Perón. Concebido como empresa estratégica para la soberanía nacional, con capacidad de construcción y reparación de grandes buques de todo tipo, embarcaciones diversas tanto para nuestra Marina Mercante como para la Armada y la Prefectura Nacional, así como para distintas construcciones como vagones ferroviarios, puentes, compuertas y otras estructuras metalmecánicas.

Entre sus construcciones más emblemáticas se cuenta la Fragata “Libertad” (1962), parte de la infraestructura del Teatro Argentino de La Plata, las estructuras metálicas del techado y otras del Estadio Ciudad de La Plata o los grandes buques petroleros “Eva Perón” y “Juana Azurduy” para la venezolana PDVSA.

En los años ’90, los trabajadores del Astillero Río Santiago resistieron con éxito la embestida liquidadora del neoliberalismo, protagonizando grandes movilizaciones junto al conjunto del movimiento obrero y el pueblo de la región en los históricos Ensenadazos, encabezados también por el entonces Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales y actual Intendente Municipal de Ensenada, el compañero Mario Secco.

Luego se viviría una jornada memorable, cuando en la tarde del 8 de julio de 2004 los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez Frías volaron sorpresivamente desde Iguazú, Misiones, donde se celebraba la Cumbre de Presidentes del MERCOSUR, hacia los Astilleros de Ensenada para anunciar el acuerdo de reactivación de la empresa con el plan de construcción de ocho buques para la petrolera venezolana PDVSA.

Por entonces, gracias a la férrea resistencia obrera y popular, la empresa que en sus tiempos de esplendor llegó a emplear 8000 obreros y empleados, sobrevivía con un plantel de 2000 trabajadores. Con la reactivación de la “Década Ganada”, al día de hoy, la planta cuenta con unos 3300 trabajadores que enfrentan el mismo desafío de los años ’90: resistir el embate neoliberal y proimperialista de los actuales gobiernos nacional y provincial que pretenden vaciarla y liquidarla.

Los negociadores del gobierno provincial pueden negarlo, pero no podrán tapar la verdad de sus nefastas intenciones. Los trabajadores jamás olvidarán lo que dijo Mauricio Macri, el pasado mes de julio en Mar del Plata, de que “al Astillero Río Santiago habría que dinamitarlo”. Tampoco que en el mes de mayo pasado, en el marco de una sistemática desinversión en la empresa, el gobierno anunció la adquisición de cinco lanchas patrulleras a Israel por 49 millones de dólares y cuatro barcos de guerra en desuso a Francia por 300 millones de euros, cuando podrían fabricarse en Ensenada por la mitad de precio.

Además, el desfinanciamiento para la terminación del “Eva Perón” y el “Juana Azurduy” devela el carácter proimperialista de la embestida macrista contra el Astillero, inscripto en el marco del gran sabotaje yanqui contra la hermana República de Venezuela y su Revolución Bolivariana.

Pero una vez más: ¡no pasarán! La historia de resistencia y la lucha actual de los trabajadores del Astillero Río Santiago así lo demuestra. Porque como lo han sentenciado con la fuerza del acero sus propios trabajadores: “Todavía no nació quien vaya a dinamitar nuestro Astillero”.