La aplanadora neoliberal no tiene escrúpulos ni conciencia, no entiende de derechos y humanidades. Para lograr sus objetivos no le tiembla el pulso. Con tranquilidad nos va a permitir ganar menos, comer menos, y morir de frío en las calles.

Gracias a una crisis económica y social en curso, y una sociedad que está siendo desestructurada y vaciada de todas las redes y sistemas de contención mínimos, se produjeron en unos 10 días alrededor de 7 muertes de personas que se encontraban viviendo en las calles de las ciudades de nuestro país. La imagen de Sergio Zacaríaz, de 52 años, que encontró su muerte a cinco cuadras de la Casa Rosada, fue tan fuerte que elevó las voces y movilizó a clubes de futbol, iglesias y organizaciones políticas y sociales junto con otras instituciones a albergar a los “sintecho” en una semana de frio intenso. No deja de llamar la atención la demostración de solidaridad del pueblo argentino y la respuesta ante a la necesidad extrema, frente a tanta indiferencia organizada desde el Estado.

En las redes, más rápidas para la movilización de las falanges que para la sinapsis neuronal, se desparramaron consignas de todo tipo exigiendo por ejemplo que #abranlasiglesias. Llamativa consigna que demanda al llamado tercer sector lo que le corresponde al gobierno. Al Cesar lo que es del Cesar…

Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, el vicejefe de gobierno Santilli nos regalaba una muestra de la sensibilidad Pro cuando aseguraba que Zacarías prefería vivir en la calle y que no quiso aceptar ayuda. En la provincia de Vidal fallecieron dos personas por el mismo motivo y, además, el Suteba denunció que decenas de miles de alumnos no tienen calefacción en las aulas por falta de gas en las escuelas. El caso más crudo de la desidia se da en Moreno, donde el año pasado Sandra y Rubén perdieron la vida por la explosión de una garrafa en la escuela 49 y donde todavía hoy hay 70 escuelas sin gas. El frío y la pobreza van de la mano en el Gran Buenos Aires.

En Mar del Plata, al menos 24 escuelas estuvieron sin clases esta semana a causa del frío y la falta de gas, lo que afectó a 500 mil alumnos. En la calle “Toti” Gómez moría en la intemperie. Ante el reclamo de que el municipio declare la emergencia económica y tarifaria y como respuesta a la grave crisis, el intendente Carlos Arroyo anunció la creación de un refugio canino, con calefacción y agua caliente para los animales: “Será la ciudad de los perros felices”, un paso más en el cinismo.

El censo llevado adelante en CABA (por la Defensoría del Pueblo de la Capital Federal, el Ministerio Público de la Defensa porteño y organizaciones sociales) muestra el dramático aumento de las personas viviendo en situación de calle y que se duplicó -respecto del relevamiento anterior en 2017- la cantidad de gente que por primera vez que está en situación de calle. También remarcaron que la población cambió, la de ahora es una población mucho más joven, más familias y pibes con chicos y muchas personas con sus muebles. Otros centros urbanos muestran la misma dinámica de crecimiento: el “Operativo Invierno” en Rosario, Santa Fe, registró que el 59% de las personas que vive y duerme lo hace desde menos de un año. Cuando se les preguntó por qué habían perdido su hogar, los motivos más explicitados fueron: pérdida del trabajo, expulsión de la vivienda (violencia, consumos problemáticos y otras causas), separación de las parejas y por no poder afrontar el pago del alquiler.

Desde el 2015 a la fecha la pobreza viene ganando terreno de la mano de las políticas de destrucción del empleo, del poder adquisitivo y de la industria. A fines del 2018, el INDEC calculó un 32% de pobres y 6.37% de la población sumida en la indigencia. Las personas en situación de calle se multiplican por obra del plan económico genocida de Macri y su clase social, en especial en los grandes centros urbanos donde se concentran las oportunidades de ganarse un mango y donde se encuentran las instituciones estatales que deberían brindar los apoyos de la seguridad social. Las terribles muertes de hambre, frio y aislamiento evidenciaron la tragedia que vive nuestra sociedad con miles de familias que viven en las calles, no sólo en la capital, sino en el Conurbano y las demás provincias.

Sobrevivir en las calles

No existen censos oficiales sobre la cantidad de personas que se encuentran en situación de calle, desde cuándo y cuáles son las causas. En la CABA, se realiza una encuesta oficial que no es confiable por su metodología. En otras jurisdicciones se cuenta con las estadísticas de los servicios sociales que tiene intervención sobre la problemática. En estos casos los números nos acercan solo una parte de la realidad, la de aquellas personas que fueron atendidos por los municipios. En Rosario, el 59% de los que colmaron el Refugio Municipal desde que pusieron en marcha el Operativo Invierno, dijeron que viven así desde hace menos de un año. El año pasado la Guardia Urbana Municipal realizó 18 traslados de personas que estaban en la calle a refugios, este año hubo 142. La mayoría está en la calle hace pocos meses, como máximo, un año. En CABA, El Censo Popular de Personas en Situación censó a 7251 personas en situación de calle de las cuales 40 son mujeres embarazadas. 1600 están en esta situación por primera vez este año, 16% son niños y adolescentes, y 84% adultos. Además, se relevaron 532 personas con alguna discapacidad. El mapeo que realizaron constató que se modificó la población: hay más familias y jóvenes con chicos. Una población mucho más joven, y muchas ranchadas con los muebles.

Frío y muertes

7 muertes por hipotermia de personas en situación de calle. Dos personas en la provincia de Buenos Aires: uno murió en San Nicolás hallado en la entrada de un hospital y en Mar del Plata, “Toti” Gómez. Otra persona en la caja de una camioneta en la que había intentado cobijarse, en Jujuy. En Venado Tuerto murió un hombre en un baño de una estación de servicio. Sergio Zacaríaz, de 52 años, a cinco cuadras de la Casa Rosada. Un hombre en Rosario y otro en Chaco.

Pobreza e indigencia

El nivel de ingresos a partir del cual un hogar supera el umbral de la pobreza fue en mayo de 30.337,80 pesos mensuales. Según el Indec en un año la canasta básica subió 61,1%. Para no caer en la indigencia se necesitan $ 12.086. Las últimas cifras oficiales revelaron que durante 2018 la cantidad de pobres creció en 6,3 puntos porcentuales para pasar a alcanzar el 32 por ciento de la población al finalizar el segundo semestre. El 51,7% de los chicos en la Argentina son pobres: 5.913.719 niños de 0 a 17 años. En 2017 eran 5.004.235, por lo que se sumaron 909.484 niños a la pobreza en un año. De 2017 a 2018 casi 900 mil chicos más tienen déficit de al menos un nutriente.

Desigualdad social

Los números expresados a través del Coeficiente de Gini y la Brecha de Ingresos muestran que Argentina se volvió un país más desigual entre diciembre de 2015 y el primer trimestre de 2019. En promedio, el Coeficiente de Gini empeoró un 9,3 por ciento, mientras que la brecha de ingresos entre ricos y pobres se amplió un 28 por ciento. La provincia de Buenos Aires pasó de un Coeficiente de Gini de 0,389 a 0,414, es decir un empeoramiento en su distribución del ingreso del 6,4%. Es una de las jurisdicciones donde más aumentó la brecha de ingresos entre ricos y pobres, casi un 29 por ciento. Uno de los peores resultados se registró en Jujuy, conducida por el radical Gerardo Morales, al pasar de un Gini de 0,358 a 0,420. Sin embargo, hubo jurisdicciones que mejoraron su distribución del ingreso. Las dos provincias que quedaron mejor posicionadas fueron La Rioja (0,354) bajo la administración de Sergio Casas y Santa Cruz (0,363). La primera mejoró en un 1,6 por ciento mientras que la jurisdicción gobernada por Alicia Kirchner lo hizo en un 6,0 por ciento, a pesar de haber sufrido un monumental recorte de recursos del gobierno de Macri.