FRENTE AL AJUSTE Y LA REPRESIÓN

Con Cristina, organizar la resistencia

Sin detenerse en formas ni riesgos, la derecha produjo un vuelco drástico en la vida política nacional durante su primer mes al frente del Ejecutivo. No hay resorte de la economía ni acción gubernamental que no haya sido impregnada por un decidido revanchismo neoliberal. Ajuste, devaluación y endeudamiento es la tríada sobre la que se balancea el gobierno de Mauricio Macri. El propósito fue explicitado por el propio presidente: desmantelar estructuralmente el proyecto de país que significó inéditos avances políticos, económicos y sociales para las grandes mayorías. Para el enemigo es una muy pesada herencia.

Después de satisfacer las primeras exigencias del complejo agro-industrial (retenciones y devaluación) impusieron una batería de medidas regresivas en todos los órdenes. En nombre del “republicanismo” revirtieron a tiro de decreto sensibles conquistas alcanzadas durante la última década, empezando por la Ley de Medios y el nuevo Código Procesal Penal. Actúan como un poder de facto, al margen de la legalidad democrática, ninguneando a un Parlamento donde son minoría. Lo hacen protegidos por un fenomenal blindaje de los medios masivos de comunicación y con el sostén del Partido Judicial. Clarín no sólo fue liberado de cualquier restricción antimonopólica (en definitiva lo principal) sino que puso a un hombre propio al frente de la Agencia Télam y sacó del aire al periodista Víctor Hugo Morales.

Bajo el eufemismo de la modernización del Estado iniciaron un ciclo de despidos masivos en el sector público, siendo ya decenas de miles los trabajadores cesanteados. Hay caza de brujas y persecución ideológica. No les preocupa sólo la “grasa de la militancia”, sino desguazar al Estado en su conjunto y reducirlo nuevamente (como en los ’90) a funciones de carácter represivo. La última presentación del ministro Prat-Gay explicó el porqué de esta ofensiva contra los trabajadores: cumplir con la usura de los fondos buitres significa 9000 millones de dólares, y la redistribución del ingreso “es deficitaria”. Es decir, volvemos a pagar deuda a costa del hambre del pueblo.

La ola de despidos ya alcanza al sector privado (más de 10 mil en pocas semanas) y anticipa un escenario de cruda conflictividad social. “Antes reclamaban por el impuesto a las ganancias, ahora van a tener que defender los puestos de trabajo”, recordó la compañera Cristina, en particular a los dirigentes sindicales. El gobierno busca limitar los aumentos en paritarias en un contexto de fuerte incremento del costo de vida (un 12% de noviembre a enero) sin el impacto todavía del tarifazo a los servicios públicos. Prat-Gay ya avisó que deberemos escoger entre salarios o estabilidad laboral. De paso, cerraron las puertas del nuevo INDEC hasta septiembre, imponiendo un verdadero apagón estadístico. La peor temporada veraniega en muchos años evidencia el golpe asestado a la economía de millones de compatriotas.

¿Cómo piensan responder frente a este caldo que se espesa día a día? Al cierre de esta edición, el gobierno nacional declaró por decreto la emergencia en seguridad pública a nivel nacional. Es el marco represivo que necesitan para la etapa que ya estamos transitando, de retroceso objetivo en las libertades públicas e individuales, de criminalización de la protesta social. Ya lo demostraron las violentas represiones contra trabajadores en Cresta Roja y La Plata. La arbitraria detención de la dirigente social Milagro Sala por el “delito” de protestar constituye un hecho de enorme gravedad que nos retrotrae a las circunstancias más lamentables de la historia de nuestro país. Debemos luchar por su inmediata liberación y no dar margen al gobierno en sus arranques totalitarios.

El enemigo trabaja sin descanso por quebrar la unidad del Frente para Victoria, y para ello disputan la hegemonía del PJ. El peso que logre acumular el peronismo kirchnerista será decisivo en esa discusión que comenzará a encauzarse en los próximos meses. Lo cierto es que el liderazgo de Cristina trasciende ampliamente al peronismo e incluso al conjunto de fuerzas que integramos el Frente para la Victoria. La memorable concentración del 9 de diciembre en Plaza de Mayo, con cientos de miles en las calles, evidenció un sólido y masivo nivel de adhesión al proyecto nacional y disposición a defender lo conquistado. Allí es donde debemos concentrar nuestros mayores esfuerzos organizativos.

Decenas de miles de compatriotas se movilizaron durante las últimas semanas ante cada medida antipopular del gobierno neoliberal. En las plazas, en las calles, en los lugares de trabajo, se puso el cuerpo obligando al macrismo a retroceder en numerosas circunstancias.

Debemos evitar la dispersión, acumular fuerzas y golpear en el momento preciso. No confundirnos, saber quiénes son y serán nuestros aliados en la defensa de las conquistas alcanzadas. El desafío es organizar la resistencia y dar pasos concretos en la construcción de la fuerza política frentista que, bajo la conducción de Cristina, oriente la lucha de nuestro pueblo contra el ajuste y la entrega, para recuperar la Patria que Néstor nos legó.