NUESTRO PRÓCER DEL BICENTENARIO

Néstor, siempre

Por Rodolfo G. Módena

El próximo 27 de octubre se cumplirán seis años del fallecimiento del compañero Néstor Carlos Kirchner, el Presidente que marcó un antes y un después en la historia política argentina.

Hace seis años, en medio de la sorpresa y la consternación popular por la noticia de su muerte, desde esta columna no dudamos ni temimos exagerar al afirmar que Néstor Kirchner pasaba a convertirse en el Prócer del Bicentenario. Y lo hicimos con la misma convicción política con la que visualizamos -con Fidel Castro presente en Buenos Aires-, aquel 25 de mayo de 2003, cuando Néstor asumía la Presidencia de la Nación, el cambio de rumbo estratégico que se iniciaba en la Patria.

También con la emoción de los inolvidables festejos del Bicentenario encabezados por Cristina, acompañada por él y los hermanos presidentes de la Patria Grande.

Han pasado seis años de aquel 27 de octubre de 2010, y a veces nos parece ayer, como otras un siglo; pero siempre luchando en presente por un mañana mejor.

Lo cierto es que Néstor Kirchner, peronista cabal, abrió una nueva página de la Historia Argentina y contribuyó, sobremanera, a un nuevo tiempo latinoamericano y mundial.

No vamos a reseñar lo que todos los lectores de Nuestra Palabra sabemos de los logros de los doce años del Proyecto Nacional, Popular, Democrático y Latinoamericanista del Kirchnerismo. Tampoco los vamos a contrastar con el desastre neoliberal de los noventa que lo precedieron, ni con el actual descalabro neoliberal macrista. Eso está escrito en los hechos duros de la realidad.

Vamos a reafirmar nuestra más profunda convicción de que el Kirchnerismo, como nueva identidad frentista, plural, democrática y popular llegó para quedarse y escribir nuevas y mejores páginas de nuestra vida nacional.

En esta nota que no pretende ser ni más ni menos que un recordatorio, entre tanto que podríamos decir, queremos recordar a Néstor llamando a defender a Cristina con toda la pasión que le daba su amor y su visión política, conjugadas de una manera extraordinariamente común.

Porque defender el liderazgo de Cristina es defender el destino de la Patria: el de la construcción en marcha del Frente Nacional, Popular y Democrático que ella preconiza. Ese que desde el fondo de nuestra historia y de los programas comunistas argentinos, entendemos como necesidad de la “Revolución interrumpida” de la que nos hablaron el comunista Héctor P. Agosti y el inolvidable Esteban Echeverría.

Y porque es en este recuerdo, donde también volvemos a nuestro Jorge Pereyra cuando supo decir que la temprana adhesión del PCCE al Kirchnerismo tenía que ver con la certeza de que por acá pasaba, pasa y pasará el rumbo real y concreto de nuestra lucha de siempre por el camino argentino al socialismo.