LA HORA DEL DESMANTELAMIENTO
A la hoguera con todo
El macrismo desarma programas que cubren necesidades básicas, reduce políticas de Estado como las de Derechos Humanos y entrega áreas estratégicas como las del desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Como otrora la Inquisición, el poder real con base de operaciones en la Casa Rosada, arroja al fuego del neoliberalismo el rol de un Estado generador de políticas públicas, de inclusión y soberanía. No se trata sólo de borrar las huellas de los gobiernos de Néstor y Cristina, sino de borrar de la memoria colectiva la posibilidad cierta de un proyecto de país como el que estábamos comenzando a construir. La virulencia con la que destruyen la tecnología, la industria y el comercio, o los programas que mejoraron la calidad de vida de millones de argentinos, habla de lo mucho que se había logrado en ese sentido. A la hoguera con todo es la consigna.
SALUD PÚBLICA. A los programas que se venían recortando como el que realizaba tareas sanitarias y preventivas en barrios populares, o el Programa de Salud Sexual y Reproductiva por mencionar algunos casos, ahora se redobla con la paralización del Plan Qunita. Desde hace meses, el ministerio de Salud de la Nación había dejado de entregar los kits. Hace pocos días, el juez Bonadío ordenó la destrucción y quema de 60 mil moisés y sacos de dormir. La brutal directiva pretende respaldarse en informes del INTI y de la Sociedad Argentina de Pediatría que describen algunos aspectos para mejorar, pero que de ninguna manera afirman ni sugieren deshacerse de esos elementos que, junto a escarpines, un termómetro, protectores mamarios, preservativos, una guía de cuidados, etc., recibían desde mediados de 2015 las mujeres embarazadas titulares de la AUH.
DERECHOS HUMANOS. La semana pasada, distintos organismos le señalaron al presidente de la Corte Suprema de Justicia, su preocupación por la dilación de los Juicios por delitos de lesa humanidad, solicitando “se ratifique públicamente que los Juicios, son una política de Estado”. Por otro lado, y como parte del desguace de ministerios y programas, se desactivaron áreas de la Dirección Nacional de D.D. H.H. del Ministerio de Seguridad, como el Grupo Especial de asistencia Judicial para casos de apropiación de niños durante la dictadura, y del que surgió un informe para la causa ESMA Unificada que permitió comprender la ruta que seguían los aviones de los denominados vuelos de la muerte.
EDUCACIÓN PÚBLICA. Tras los dichos del ministro Esteban Bullrich respecto a “nuevas campañas del desierto”, es fácil entender el desmantelamiento del Plan Nacional de Lectura, el de Educación Artística con sus Orquestas Infantiles y Juveniles; el de Educación Intercultural Blingüe; el de Educación Sexual Integral; el Fines, entre muchos otros. Respecto del Conectar Igualdad, no sólo se detuvo la distribución de las netbooks (se llegaron a entregar 5 millones), sino también la fabricación de las mismas que estaban a cargo de 10 empresas nacionales. El software también fue desarrollado en nuestro país y es una alternativa al Windows. Todo indica que lo que nació para acortar la brecha tecnológica e informática, en definitiva para la preparación laboral y el agregado de valor al trabajo, es una molestia para el negocio de las multinacionales.
ARSAT Y DESARROLLO TECNOLÓGICO. En el mismo sentido, la “apertura” a empresas extranjeras de industria satelital, es un atentado a nuestra soberanía espacial y al desarrollo de la ciencia, tecnología e industria nacional. Además de los dos satélites enviados al espacio, diseñados y fabricados en nuestro país junto a la empresa nacional INVAP, Arsat permitió el despliegue de la Televisión Digital Abierta en todo el país y una red troncal de fibra óptica de 11 mil kilómetros. Estas realizaciones fueron generadoras de fuentes de trabajo, y ahora nos quieren convencer de que no tenemos competitividad. INVAP incrementó su planta de trabajadores de 400 en 2003, a 1400 en 2015, siendo el 85 por ciento profesionales altamente calificados. Dar vía libre a las trasnacionales no sólo es una cuestión de seguridad nacional, sino hipotecar la posibilidad de cambiar el perfil productivo de nuestro país.
