ELECCIONES GENERALES EN REINO UNIDO

Duro revés del neoliberalismo

El Partido Laborista Británico, bajo el liderazgo de su ala izquierda, consiguió quitarle a la derecha la mayoría absoluta en el Parlamento. El ascenso de la figura de Jeremy Corbyn rompe con el viejo bipartidismo sostenido entre el Partido Conservador y el ala liberal del Partido Laborista.

El 8 de junio se realizaron las elecciones parlamentarias en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Con una participación del 68,7% del electorado, el Partido Conservador perdió la mayoría absoluta cosechando un 42,4% de los votos, seguido muy de cerca por el Partido Laborista con un 40%. En tercer lugar y muy lejos quedó el Partido Liberal Democrático con un 7,9% y en cuarto lugar el Partido Nacional Escocés con un 3%.

La primera ministra conservadora, Theresa May, que gobierna desde hace apenas un año tras la renuncia de David Cameron, fracasó en su objetivo de legitimar su gobierno de cara a la negociación próxima para la salida de la UE. La derecha perdió la mayoría absoluta en el Parlamento y se vio obligada a buscar alianzas con partidos más chicos para mantenerse en el poder, entre ellos con el Partido Unionista Democrático, una facción de ultra derecha. Este papelón político ha generado una crisis interna de proporciones en el partido insignia de la derecha y un cambio de coyuntura favorable para la izquierda y el campo popular. Al mismo tiempo, el Partido Laborista, bajo el liderazgo de su ala izquierda, consiguió aumentar significativamente sus asientos en el Parlamento.

En esta oportunidad, el Partido Laborista fue apoyado por amplios sectores populares y de izquierda, entre ellos los comunistas británicos. Sin embargo, la cautela es grande, ya que la derecha laborista sigue teniendo un peso objetivo dentro del partido y sus intentos de sabotaje son constantes. Todavía pesan en la memoria colectiva los desastrosos gobiernos de Tony Blair y Gordon Brown, dos neoliberales pro imperialistas. Ese sector reaccionario fue derrotado en las internas de 2015, en donde Corbyn consiguió imponerse con más del 60% de los votos. En aquella oportunidad, el laborista prometió “combatir los niveles grotescos de desigualdad” crecientes en el Reino Unido y abandonar la política guerrerista de su país. Fue un crítico de las intervenciones imperialistas en Libia, Irak y Siria y de la mal llamada “guerra contra el terrorismo” de la OTAN. Se ha pronunciado (en un gesto inusual) a favor del diálogo respecto al reclamo argentino de soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.

Este resultado electoral hay que entenderlo en base a lo que está sucediendo en el ámbito económico y social. A pesar de que Reino Unido parecía ser uno de los países europeos más estables, luego de la crisis mundial de 2008 las políticas de ajuste neoliberal no se hicieron esperar. Los primeros en dar cuenta de esto fueron los jóvenes, que son el sector con la tasa de desocupación más alta del país. Esta situación fue empeorando con el tiempo y a pesar de que Reino Unido no se encuentra en una situación como la de Grecia, Portugal, España o Italia, la tendencia está a la vista. La política de ajuste brutal de los últimos años y la creciente represión contra las manifestaciones populares son un claro ejemplo. La salida de Reino Unido de la Unión Europea a través de un referéndum popular, el Brexit, también fue una consecuencia de ésta crisis. A pesar de todo, la participación juvenil en estas elecciones fue inmensa y la mayoría de la juventud votó por la izquierda laborista.

Recordando las palabras de CFK luego de triunfo de Corbyn en la interna laborista, allá por el 2015: “Este es también el triunfo de todos quienes representamos la voluntad de poner la política al servicio de los pueblos y la economía al servicio del bienestar de todos los ciudadanos”. Estas son las ideas que están creciendo entre la juventud y la clase trabajadora británica y son un signo de esperanza para el futuro.